Cuando finalmente, ningún empresario desanimado y habiendo mantenido el estoicismo hasta más ya no poder, sea en Acho o en otra parte de la ciudad, desista de poner un dólar para darnos toros aquí en nuestra capital -otrora tan señera y tan de solera afición-, allí entonces, nadie venga a lamentarse, sobre todo aquellos "grandes aficionados" capitalinos que ni pisan una portátil por lo menos.
Tampoco lloren y se lamenten las chuflerías conocidas que siempre ven peros y deméritos a todo lo que se haga o se pretenda hacer en aporte de la fiesta.
Ayer, en la magnífica y acogedora La Esperanza, todo se dio para bien, sencillamente superlativo, ganado, toreros y escenario. Poniendo siempre por delante el respeto a los profesionales y al público. Respetando el rito, las formas y maneras del toro.
Un matador de toros me comentaba "la gente está contenta, el público, en base a lo que se les ofrece, lo disfruta y valora...quiere ver presencia en los toros, acometividad y bravura y también que compliquen...y que el toreo se exprese y emocione...otra cosa somos nosotros que la pasamos en el medio, para saberlo hay que ponerse allí..."
En tiempos donde pende un veredicto de los tribunales constitucionales para quitarnos o mermarnos la libertad de ver toros, gente de temple y de bien intencionados ideales se empeña en este propósito de darnos la esperanza de confiar en que las cosas son posibles y que la oportunidad de creerlo está ahí tangible, manifestada de manera palpable y real, simplemente es para quitarse el sombreo y agradecerlo, como aficionado, sin la supuesta coba que los acostumbrados a vivir de ella supongan o quieran insinuar.
La Oportunidad y La Esperanza traslucen la personalidad de su gestores, y como los toros ayer, van dos, tres o más veces al caballo. Con temperamento y creciéndose.
Por eso, aquí lo grande, trascendente, es que tenemos un escenario y feria más que refresque la afición; que al lado de nuestra máxima y grande feria nazarena teniendo a la única Acho como estandarte nacional, consoliden, cada una en sus tiempos y espacios, el arte de los toros en una Lima taurina cada vez más insensible y extraña.
Feria La Oportunidad, dénsela ustedes mismos, como buenos aficionados, y apóyense !
Tampoco lloren y se lamenten las chuflerías conocidas que siempre ven peros y deméritos a todo lo que se haga o se pretenda hacer en aporte de la fiesta.
Ayer, en la magnífica y acogedora La Esperanza, todo se dio para bien, sencillamente superlativo, ganado, toreros y escenario. Poniendo siempre por delante el respeto a los profesionales y al público. Respetando el rito, las formas y maneras del toro.
Un matador de toros me comentaba "la gente está contenta, el público, en base a lo que se les ofrece, lo disfruta y valora...quiere ver presencia en los toros, acometividad y bravura y también que compliquen...y que el toreo se exprese y emocione...otra cosa somos nosotros que la pasamos en el medio, para saberlo hay que ponerse allí..."
En tiempos donde pende un veredicto de los tribunales constitucionales para quitarnos o mermarnos la libertad de ver toros, gente de temple y de bien intencionados ideales se empeña en este propósito de darnos la esperanza de confiar en que las cosas son posibles y que la oportunidad de creerlo está ahí tangible, manifestada de manera palpable y real, simplemente es para quitarse el sombreo y agradecerlo, como aficionado, sin la supuesta coba que los acostumbrados a vivir de ella supongan o quieran insinuar.
La Oportunidad y La Esperanza traslucen la personalidad de su gestores, y como los toros ayer, van dos, tres o más veces al caballo. Con temperamento y creciéndose.
Por eso, aquí lo grande, trascendente, es que tenemos un escenario y feria más que refresque la afición; que al lado de nuestra máxima y grande feria nazarena teniendo a la única Acho como estandarte nacional, consoliden, cada una en sus tiempos y espacios, el arte de los toros en una Lima taurina cada vez más insensible y extraña.
Feria La Oportunidad, dénsela ustedes mismos, como buenos aficionados, y apóyense !
FELICITACIONES, al tío GUIDON ABARCA ABARCA, y a toda la familia Campo Bravo, por los 5 toros muy bien presentados, con la bravura y calidad con la que envistieron, respondieron a los dos puyasos a los que fueron exigidos, que con orgullo pudimos decir, SON DE VIRACO .... EL PUEBLO MAS TAURINO DEL PERU.
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