Pablo Aguado en Móstoles, cuajó a la verónica a sus dos toros de El Vellosino. Unos lances con mucho gusto con los que llegó a parar el tiempo en cada uno de ellos.
Aguado dibujó muletazos en la plaza madrileña cargados de temple, armonía y clasicismo. Una tarde para el recuerdo.
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